NADIE ROBARÁ MI PAZ

Nadie robará mi paz. Todo lo que ocurre, esta fuera de mí. En mi interior está el paraíso, el oasis eterno de plenitud. Es intocable, es indestructible, es inmodificable.

Nunca te ha ocurrido que, frente a un hecho que la sociedad considera terrible, haz permanecido impasible? Es la manifestación de este principio. No quiere decir que hay que ser pasivos frente a hechos en los cuales podemos ayudar. Se refiere a ayudar al prójimo desde un estado de paz consciente, resultando de mejor calidad esta ayuda.

Para permanecer en el estado perfecto de plenitud, hay que pasar por encima del ego, de nuestra naturaleza, de nuestra mente y sus miles de mentiras, por encima de las costumbres y aprendizajes negativos.

Si quieres conservar la paz debes ser consciente de que ella está dentro de ti, no en las circunstancias externas o en la evaluación que hagas de ellas. Es un estado integral que parte de una certeza espiritual y afecta todo el ser.

Cuantas veces damos a los demás la autoridad de robar nuestra paz? Muy frecuentemente. Lo hacemos por que aprendimos a responder de esa manera, defendiendo nuestro ego.  A veces lo hacemos como reacción natural de nuestro ser animal o sea nuestro cuerpo físico. Quien se encamina por una disciplina espiritual tiene que ir en contra de muchos designios de su carne, de su naturaleza, ya que la carne y el espíritu se contraponen en muchos aspectos.